Visitar un museo ofrece una variedad de beneficios tanto para la mente como para el espíritu. Por una parte, la educación y aprendizaje, ya que los museos son una fuente invaluable de conocimiento. Ofrecen la oportunidad de aprender sobre historia, arte, ciencia y cultura de una manera interactiva y atractiva. También, son fuente de inspiración y creatividad al estar rodeado de obras de arte y artefactos históricos, es fácil sentirse inspirado. Los museos pueden despertar la creatividad y ofrecer nuevas perspectivas. Así mismo, los museos proporcionan un espacio para la reflexión personal y la conexión con el pasado. Pueden ayudar a entender mejor el mundo y nuestro lugar en él. Por otra parte, además de ser educativos, los museos también son una forma divertida de pasar el tiempo. Muchas exhibiciones son interactivas y están diseñadas para ser disfrutadas por personas de todas las edades. A su vez, fomenta el pensamiento crítico al explorar diferentes exhibiciones, los visitantes son alentados a hacer preguntas y pensar críticamente sobre lo que ven. Desde el punto de vista de bienestar emocional, visitar un museo puede ser una experiencia relajante y meditativa. Puede reducir el estrés y proporcionar un escape del ajetreo diario. Por último, son un punto de conexión social porque los museos son lugares ideales para visitar con amigos y familiares, fomentando la conversación y el intercambio de ideas.
Dentro de las sedes del MUSEO DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA nos encontramos con el Centro de Interpretación "Castillo de San Cristóbal".
El Centro de Interpretación "Castillo de San Cristóbal" está gestionado por el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo Insular de Tenerife.
En el Centro se pueden observar los restos de la muralla del Castillo de San Cristóbal, así como conocer la historia y el sistema defensivo de la Isla.
Como encontramos en la página web del Museo de Historia y Antropología, en junio de 2006, durante las obras de remodelación de la Plaza de España a partir de un proyecto de los arquitectos Herzog & de Meuron, aparecen vestigios del muro perimetral de dicha construcción. Ante la importancia histórica del hallazgo, se decide proteger y poner en valor este recurso patrimonial, incorporando al nuevo trazado arquitectónico una galería subterránea para hacerlo visitable.
En el Centro se da a conocer el sistema defensivo que tuvo la Isla, haciendo un recorrido no solo por los castillos de Santa Cruz de Tenerife (San Cristóbal, San Juan o Paso Alto), sino también por los que se emplazaban a lo largo de la geografía insular, alguno de los cuales aún continúan en pie: como el de San Felipe, en el Puerto de la Cruz o el de San Miguel, ubicado en Garachico.
El proyecto expositivo, que ha sido elaborado por el Museo de Historia y Antropología de Tenerife, dedica otro de sus ámbitos a la historia del propio Castillo de San Cristóbal, desde su edificación hacia 1575 hasta su demolición en 1928. Como testimonio de su presencia, se ha resaltado la silueta de su planta en el piso del lago que actualmente ocupa parte de su emplazamiento. Una construcción militar que hasta hace unos años solo era recordada por la popular calle Castillo pero que ahora se ha asomado al presente y reclama su lugar en la historia de la Ciudad.
Desde el 25 de julio de 2009, el Centro de Interpretación "Castillo de San Cristóbal" dispone de un atractivo añadido: el mítico cañón de bronce El Tigre. Una pieza de artillería del siglo XVIII, realizada en un taller sevillano, de unos 3 metros de largo y 2.000 kg de peso. Se trata de un emblemático bien patrimonial que fue trasladado desde el Museo Histórico Militar de Canarias a su actual emplazamiento para ser expuesto en una sala acondicionada.
Esta nueva ubicación temporal resulta idónea para el representativo cañón, no sólo porque se trata de en una pieza de excepción para ilustrar el discurso expositivo del Centro, sino porque con su presencia rememora, además, el lugar que ocupaba la noche del 24 de julio de 1797, cuando truncó las aspiraciones británicas de tomar Santa Cruz de Tenerife, ciudad que encumbró a la cúspide jurídico-administrativa de la Isla y, por extensión, de Canarias. En esta fecha Tenerife fue el escenario de la Batalla de Santa Cruz de Tenerife, un intento de invasión por parte de la flota británica bajo el mando del almirante Horacio Nelson. El ataque comenzó el 22 de julio de 1797 y culminó el 25 de julio con la derrota de las fuerzas británicas. Durante la batalla, Nelson perdió su brazo derecho debido a un disparo de cañón. La defensa de la ciudad fue liderada por el general Antonio Gutiérrez, quien logró repeler el ataque británico y forzar una retirada. Este evento es recordado con orgullo en Tenerife y se celebra anualmente el 25 de julio.
Aunque indemostrable históricamente, la tradición popular admite que fue El Tigre quien hirió al famoso almirante inglés Horacio Nelson, arrebatándole un brazo. Símbolo de aquella gesta, esta pieza de artillería ha pervivido en la memoria del tinerfeño. Ha sido mentado, reproducido e imaginado desde entonces y se ha mantenido a lo largo del tiempo como una de las más poderosas metáforas y alegorías del valor, así como de los sentimientos del pueblo de Tenerife.
El Castillo de San Cristóbal en Santa Cruz de Tenerife fue la primera fortificación de importancia en la isla de Tenerife. Su construcción comenzó en 1575 bajo la dirección del gobernador Juan Álvarez de Fonseca y se completó en 1577. Este castillo se erigió para proteger la bahía de Santa Cruz de los ataques piráticos y se convirtió en el principal pilar del sistema defensivo de la ciudad.